El sistema postural recibe información fundamentalmente a través de las siguientes vías de entrada:
- el oído (sistema vestibular)
- el ojo (sistema visual)
- planta del pie.
Gracias a estos sistemas nuestro cerebro es capaz de situarnos en el espacio y luchar contra las fuerzas externas a las que estamos sometidos, pero si alguno de ellos falla y no percibe la información exterior de manera correcta, nuestro cerebro mandará una respuesta alterada, y la postura se verá comprometida.
Por tanto, habrá que explorar qué sistema está fallando para intentar dirigir el tratamiento hacia éste.
Las plantillas posturales actúan sobre los reflejos posturales mediante pequeños estímulos de presión en la planta del pie, que al actuar de forma precisa sobre determinadas zonas, pueden provocar cambios en el esquema corporal del paciente.
Son plantillas que llevarán piezas de 1- 3 mm generalmente. Para instaurar el tratamiento será necesario realizar una exploración postural previa y comprobar la existencia o no de alteraciones del eje corporal en sentido antero- posterior y/o lateral.
No todos los pacientes son susceptibles de poder utilizar este tipo de tratamiento, ya que dependerá de su patología y de los resultados de la exploración, por eso resulta esencial la valoración por parte de un podólogo especializado en esta materia.